62. UN HONORARIO PROFESIONAL BAJO ES SINÓNIMO DE MALA CALIDAD ?

UN HONORARIO PROFESIONAL BAJO ES SINÓNIMO DE MALA CALIDAD ?

Dr. Jaime Otero M.
Dr. Jaime I. Otero I.

Este es un tema que nos merece bastante interés y sobre el que deseamos expresar opinión, pues creemos que un honorario bajo no es necesariamente sinónimo de un servicio profesional de mala calidad.

Compartamos algunas reflexiones que haremos sobre este tópico, pues tenemos la seguridad que en todos los profesionales de la salud deberíamos realizar un gran esfuerzo conceptual, administrativo y de mercadeo para lograr que nuestros servicios estén al alcance del mayor número de personas. Solamente si logramos el objetivo de dar buenos servicios médicos con honorarios bajos (pues la mayoría de las personas en nuestros países no disponen de una economía que les permita un fácil acceso a su salud), estaremos cumpliendo un rol social preponderante y haremos que los principios tan convenientes como ser los de acceso, equidad y alta cobertura, sean una realidad y tengan un alto impacto social.

Por supuesto que nadie discute que el honorario profesional se encuentra bajo la influencia de muchos factores, como ser la naturaleza del servicio a ser prestado, su complejidad, el nivel de capacitación y experiencia del profesional, el volumen de la inversión que se haya efectuado, el nivel de gastos generales del local en donde se presta el servicio, el costo de los insumos empleados, el grado de calificación del personal asistente que interviene en la prestación del servicio, etc., etc.,  que a veces determinan que los honorarios resultantes sean altos, pues el gasto que se realice y la inversión que cada quien haga al comprar equipos médicos sofisticados, modernos, de altísima tecnología y de alto costo, deben ser recuperados en un tiempo determinado, prudencial. Sí es muy importante expresar que cuanto mayor productividad tengamos con determinado equipo o dicho de otra manera, el nivel de uso que se haga con dicho equipo, nos permitirá recuperar la inversión en un tiempo más corto, bajando el costo unitario de cada servicio prestado.

Este hecho, en el que hay que gastar una cantidad fuerte para estar al día con los avances de la tecnología, es completamente diferente a aquel otro en el que por razones de gustos, modas o con el ánimo de impresionar a terceros, un profesional hace un gasto alto de manera innecesaria y destina unos 25,000 dólares en un equipo que cumple exactamente el mismo fin que otro que solamente determine un egreso de 5,000 dólares. Esto sucede con alguna frecuencia en nuestras profesiones. Hay que decirlo y reconocerlo.

Estamos de acuerdo que algunas veces un equipo caro puede ser de mejor presentación que uno barato, pero antes de comprar nada para el servicio o el consultorio privado, debemos determinar objetivos en nuestra práctica y así tener la política de evitar gastos innecesarios cuando estos nos alejan de prestar nuestros servicios a más personas, si es que esa es nuestra filosofía de trabajo. No criticamos a quienes piensen diferente pues cada quien es libre de tomar el camino que desee, pero no por que deseamos satisfacer un gusto, nos debemos alejar de la población. Tal vez este comentario llame a polémica, pero no es ajeno a algunas realidades.

En lo personal pensamos que el ejercicio de cualquier profesión médica tiene que ser desarrollada dentro de un escenario que permita a muchísimas personas acceder a los servicios que ofertamos y no al revés, pues dedicarse a ser médico de solamente algunos privilegiados, un poco que escapa a aquello que pensamos y en lo que creemos profundamente. Nadie debe estar de acuerdo con nosotros y por ello tenemos derecho a tener nuestra propia opinión.

Cuando ofrecemos a la sociedad un consultorio (sea privado o estatal), se debe hacer una inversión inicial en una serie de accesorios para poder llegar a una realidad concreta: que en el consultorios e puedan recibir pacientes. Habrá gastos en equipos, materiales, mobiliario, personal asistente y muchos más, que determinarán un “costo-hora operativo” que necesariamente deberá ser cubierto para no trabajar a pérdida. A este “costo-hora-operativo” se le añadirá un “porcentaje de utilidad” (que cada uno determinará de acuerdo a factores económicos y personales) y tendremos una cifra equivalente al ingreso mínimo por hora que debemos generar.

Este cálculo se hace dividiendo el gasto total más las utilidades, entre el número de horas que trabajemos. Acá debemos hacer un comentario adicional sobre el número de horas que el consultorio permanece abierto: supongamos unas 8 horas diarias por 26 días al mes, nos da un total de 208 horas.

Estas 208 horas teóricas de trabajo, no son equivalentes al número de horas que realmente tendremos pacientes para darles servicios y por ello no debemos abrir el consultorio apenas nos graduemos, sino que tenemos que esperar a tener un volumen determinado de clientela, antes de animarnos a realizar inversiones, por que recuperarlas no será nada fácil si no tenemos a quien prestarle nuestros servicios.

Para nuestro cálculo inicial del número de pacientes que tendremos en una primera etapa de nuestra práctica profesional (primeros 5 a 10 años), debemos establecer un porcentaje bastante bajo de ocupabilidad laboral que cada quien deberá estimar de acuerdo a sus propias circunstancias, pues hasta donde conocemos, no existe nada escrito sobre este tópico específico. No serán muchas las personas que nos busquen para ser atendidas, salvo que estemos suscritos a algún canal de aprovisionamiento de pacientes: sistemas de seguros, sistemas de auto-seguros u otros que establezcamos bajo determinados parámetros que no es el momento analizar, pero para lo cual estableceremos políticas de mercadeo que podemos conocer en los temas publicados sobre ello.

El hecho de tener muy pocos pacientes en nuestros primeros años de ejercicio,  lógicamente encarecerá nuestro costo-hora operativo, pero en este momento nuestras pretensiones de utilidad deberán ser bastante bajas (pues estamos comenzando) y si nuestros servicios son caros, menos personas nos buscarán.

Es tan difícil hacerse de una clientela ¡¡¡¡ Tendremos que trabajar muchísimo en labrar nuestra propia realidad y ese es todo un tema que concita el interés de todos quienes estamos en las profesiones de la salud.

Lo que queremos destacar en esta publicación es un hecho innegable: un equipo que utilicemos para prestar muchos servicios a muchas personas, nos permitirá abaratar costos y por ende, ofertar honorarios bajos. Si atendemos a 500 pacientes por mes, cada servicio será más bajo que si solo prestamos servicios a 5 personas.


 

 

 

 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

55. INDICADORES EN ODONTOLOGÍA

71. CURRICULUM VITAE DE LOS AUTORES

70. ADMINISTRACIÓN Y MARKETING EN EL CONSULTORIO DENTAL