69. LA HIGIENE EN EL CONSULTORIO
LA HIGIENE EN EL CONSULTORIO
Dr. Jaime
Otero M.
Dr. Jaime I. Otero I.
“ cada día más, la gente es
consciente de la importancia del respeto de las normas de bioseguridad ”.
Vamos a dedicar algunas líneas para resaltar al
máximo, un elemento que los pacientes observan con muchísimo detenimiento sobre
los consultorios profesionales y es la higiene y presentación de los mismos.
Si bien muchos pacientes no son completamente
conscientes del daño que su salud puede sufrir en algún consultorio en donde
las normas de higiene no sean estrictamente respetadas, ellos sí observan el
aspecto general del consultorio y particularmente hacen comentarios sobre el
cuidado físico de las instalaciones, acerca de la falta de pintura de muchas
paredes de las salas de espera en donde ellos deben permanecer por muchos
minutos, no teniendo nada que hacer sino mirar el techo, los muebles, las
paredes y los adornos de los ambientes. Algunas telas de araña, polvo acumulado
en las esquinas, tierra debajo de algunos muebles o aún sobre algunas
superficies, algunas arañitas saliendo detrás de los cuadros, es lo que nos han
comentado algunas personas, que es lo que han visto en el consultorio de algún
profesional. La gente piensa con razón: “ si así está lo que se ve, cómo estará
lo que no se ve”.
Nadie que trabaje en un consultorio debe dejar que
una pared permanezca con manchas de suciedad o grasa pegada al pasamano de
alguna escalera, sin que tome la decisión de limpiarla o hacerla limpiar de
inmediato. Nadie debe pasar encima de algún papel que se encuentre tirado en el
suelo, sin agacharse a recogerlo. Nadie debe cerrar los ojos y pasar de frente
cuando vea un algodón o un trozo de servilleta usada o no, que haya sido dejada
escondida debajo de algún sillón por algún paciente que no haya encontrado un
basurero adonde echarla. Muchas veces al día deberemos constatar que el baño de
los pacientes se encuentre en perfectas condiciones de higiene, que tenga todos
los implementos necesarios como ser jabón, toallas y demás utensilios e
implementos.
Nadie deberá poner encima de las superficies de
trabajo ningún elemento que se haya caído al suelo. Nunca se debe permitir que
algún elemento descartable sea reusado, aún cuando no tengamos la seguridad que
no lo haya sido.
La asistenta dental nunca deberá alcanzar al
profesional ningún instrumento directamente en sus manos sino en una bandeja
estéril o al menos sobre una servilleta de papel o algún otro tipo de
implemento estéril o al menos, inmaculado. Nunca la asistenta dental ni ninguna
persona del equipo de trabajo deberá tocar directamente los instrumentos o
preparar algún material que vaya o no a ir a la boca del paciente, sin haberse
lavado previamente las manos con agua y jabón.
A UD. LE GUSTARÍA QUE LO
ATENDIERA UN DENTISTA |
Hemos visto fracasar a algunos profesionales por
dos grandes razones: por ser poco gentiles con sus pacientes y por no haberse
preocupado que la higiene sea una norma constante en su consultorio. Una
anécdota que siempre escuchamos en nuestra casa, es la referida por el Dr.
Guillermo Otero Gaymer (nuestro padre y abuelo), también odontólogo, graduado
en la década de los 30 y es acerca de aquel dentista que no había encontrado
mejor lugar para tener el algodón que usaba en la boca de sus pacientes, que el
bolsillo superior de su mandil. ! Es verdad !. De ahí sacaba los algodones que
llevaba a la boca de los pacientes.
También se debe mantener siempre una imagen de
absoluta pulcritud en las superficies de los muebles de trabajo por que los
acompañantes al estar sentados en una silla, observan directamente esas
superficies, pues las mismas se encuentran a la altura de sus ojos.
Ni qué decir con la higiene que debemos mantener en
las lámparas fluorescentes que iluminan nuestros lugares de trabajo, pues
cuando el paciente se recuesta en el sillón dental apreciará directamente la
cantidad de animalitos muertos que se encuentran bien dormiditos sobre esos
recipientes de plástico. Peor es cuando el paciente debe asistir a nuestro
consultorio por varias semanas o meses y continúa observando que siguen en el
mismo lugar y que nadie se ocupa de limpiar un lugar que él ha visto sucio.
Para la atención de todos los pacientes se
observarán las más rigurosas normas de asepsia, que se describen en acápites
posteriores de este documento.
Resumamos ordenando varios conceptos muy
importantes sobre el tema de la higiene en el consultorio (normas generales de
bioseguridad), las cuales deben ser comunicadas al personal asistente y velarse
por su permanente cumplimiento. Vamos a enumerar 15 de ellos, los más
generales, pero sobre este tema en particular, seguiremos escribiendo:
1 La presentación física de los
profesionales y la del personal asistente siempre deberá ser higiénicamente
impecable, como signo de los cuidados sanitarios que se observan y desarrollan
en el consultorio.
2 La ropa de trabajo de los
profesionales y del personal asistente, deberá mantenerse siempre
impecablemente limpia. Tengan siempre en el consultorio, ropa de recambio, pues
alguna gota de sangre puede saltar.
3 El pelo del personal asistente
deberá encontrarse recogido, como una señal de orden, compatible con los
servicios de salud que se ofrecen en el consultorio.
4 Las uñas cortas, bien
limpias.
5 La presentación física de los
equipos, muebles y demás enseres que se encuentren en el consultorio, siempre
deberá ser de absoluta higiene. La asistenta deberá cuidar esto, antes de hacer
ingresar a algún paciente.
6 El instrumental deberá
encontrarse adecuadamente ordenado en los cajones de los muebles de trabajo
ubicados en los consultorios, los cuales deberá encontrarse siempre
extremadamente limpios, sin ningún tipo de elemento extraño dentro de ellos.
7 El instrumental será ordenado
colocándolo siempre en el mismo lugar para que sea fácilmente ubicado por el
profesional o la asistente. No se encontrará desperdigado, sin algún recipiente
que le permita estar ordenado y sobre todo aislado de superficies que no se
encuentren estériles.
8 Cuando se encuentre dentro de
los cajones de los armarios algún instrumento o material de trabajo sobre el
que exista sospechas de su higiene o condiciones de esterilidad, deberá ser descartado
de inmediato y por ninguna razón será utilizado en la boca del paciente, antes
de ser esterilizado siguiendo los procedimientos que se señalan posteriormente
en este mismo documento.
9 Las fresas de alta velocidad y
las de micromotor, así como las cubetas para impresiones deberán encontrarse
peremnemente desinfectadas, para lo cual se almacenarán sumergidas en una
solución de Glutaldehído (sustancia desinfectante y esporicida), dentro de un
recipiente cerrado. Nunca se guardarán en los llamados freseros o en los
cajones de los armarios.
1 Antes de iniciar cualquier tipo de acción de terapia, el
profesional y/o el personal auxiliar, deberán asearse adecuadamente las manos
con agua y jabón líquido desinfectante y utilizar una toalla descartable de
papel, en presencia del paciente.
Para protección del paciente se utilizarán campos grandes de papel o tela esterilizable, cada vez que se deba utilizar con él la turbina, la cual que genera la diseminación de partículas de saliva, tejidos dentales, bacterias y materiales odontológicos presentes en la boca y su depósito sobre el paciente.
Cuidar mucho la higiene de la escupidera del equipo dental, pues sería terrible para Ud. acercarse a escupir y ver rasgos de sangre u otras cosas.
1 No se deberá tener dentro de los consultorios ni
alimentos ni plantas de adorno ( ni naturales ni artificiales), pues
constituyen elementos de contaminación de los espacios de trabajo, por
retención de polvo.
Usar deodorizadores ambientales para evitar “los olores a
consultorio” que desagradan a muchos pacientes.
Ser rígidas y muy estrictas en el respeto de estas normas
de presentación general del consultorio. El incumplimiento de una sola de
ellas, ante los ojos del paciente, invalidad todo el cuidado que podamos haber
tenido para respetar todas las demás.
Todo el esfuerzo que se haga en lograr una
magnífica presentación del consultorio, será fundamental para el éxito de la
práctica profesional a la que Ud. pertenece, pues si un consultorio quiebra
económicamente, Ud. se quedará sin trabajo. No lo dude.
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